Tierras irrigadas: Todo lo que necesitas saber

Índice
  1. ¿Qué son las tierras irrigadas?
    1. Recursos fundamentales para la producción de alimentos
    2. La mercantilización del agua en las tierras irrigadas
    3. Perspectiva en Argentina

¿Qué son las tierras irrigadas?

Las tierras irrigadas son áreas de terreno destinadas a la producción agrícola que se benefician del riego artificial, es decir, la aplicación controlada de agua a los cultivos. Este riego se realiza a través de sistemas de distribución como canales, tuberías o aspersores, con el objetivo de proporcionar la cantidad necesaria de agua para el crecimiento y desarrollo de las plantas.

El riego es una práctica milenaria que ha sido utilizada por diferentes culturas a lo largo de la historia para aumentar la productividad de los cultivos y garantizar el suministro de alimentos. En la actualidad, las tierras irrigadas son fundamentales para la seguridad alimentaria y la producción agrícola a gran escala en muchas partes del mundo.

¿Qué son las tierras irrigadas?

Recursos fundamentales para la producción de alimentos

Así, la "tierra irrigada" contiene dos de los recursos fundamentales para la producción de alimentos: la tierra y el agua, el primero como propiedad privada y, el segundo, como propiedad estatal, es decir, público, que aunados se resignifican mutuamente.

La tierra irrigada es un recurso valioso y estratégico, ya que permite aumentar la productividad y diversificar la producción agrícola. El riego artificial proporciona a las plantas la cantidad necesaria de agua en el momento adecuado, lo que favorece su crecimiento, desarrollo y rendimiento. Además, el riego permite el cultivo de variedades de plantas que requieren mayor humedad, lo que amplía las opciones de producción y contribuye a la seguridad alimentaria.

Por otro lado, el agua es un recurso esencial para la vida y la producción agrícola. En las tierras irrigadas, el agua se utiliza de manera controlada y eficiente, lo que permite optimizar su uso y minimizar las pérdidas. El riego artificial garantiza el suministro constante de agua a los cultivos, incluso en épocas de sequía o escasez hídrica, lo que reduce los riesgos y aumenta la resiliencia del sistema agrícola.

La mercantilización del agua en las tierras irrigadas

En las tierras irrigadas, el agua se convierte en un recurso cada vez más escaso y valioso. La creciente demanda de agua para la producción agrícola, industrial y doméstica ha llevado a la mercantilización del agua, es decir, a su transformación en una mercancía sujeta a intercambio económico.

En muchos casos, el acceso al agua en las tierras irrigadas está regulado por leyes y normativas que establecen derechos de uso y distribución del agua. Estos derechos pueden ser asignados a los propietarios de las tierras o a los usuarios del agua, y su asignación puede basarse en criterios como la cantidad de tierra cultivada, la eficiencia en el uso del agua o la prioridad de uso.

La mercantilización del agua implica que el agua se convierte en un bien económico sujeto a oferta y demanda, y su acceso y uso están determinados por consideraciones económicas y financieras. Esto puede generar desigualdades en el acceso al agua y afectar a los agricultores más vulnerables, que pueden tener dificultades para pagar el precio del agua o competir con otros sectores económicos que también demandan agua.

Perspectiva en Argentina

En Argentina, la agricultura bajo riego ha experimentado un crecimiento acelerado en las últimas décadas. La adopción de tecnologías de riego mecanizado ha transformado el paisaje agrícola y ha generado nuevas oportunidades y desafíos para los agricultores.

En el norte de la provincia de Buenos Aires, por ejemplo, se ha promovido la expansión de la agricultura bajo riego a través de políticas públicas como el Plan de Mejora Competitiva del clúster de la semilla y el Plan Nacional de Riego. Estas políticas buscan fomentar la producción agrícola y aumentar la eficiencia en el uso del agua, pero también plantean desafíos en términos de gestión del agua y sustentabilidad ambiental.

Uno de los principales desafíos en la gestión del agua en las tierras irrigadas es la sobreexplotación de los acuíferos subterráneos. El uso intensivo del agua para el riego puede agotar los acuíferos y afectar la disponibilidad de agua en el futuro. Además, la extracción excesiva de agua subterránea puede provocar la salinización del suelo y la contaminación del agua, lo que afecta la calidad de los cultivos y el medio ambiente.

En este sentido, es necesario promover prácticas de riego sostenibles y eficientes que minimicen el consumo de agua y reduzcan los impactos ambientales. Esto incluye el uso de tecnologías de riego más eficientes, la implementación de sistemas de gestión del agua y la promoción de prácticas de conservación del suelo y el agua.

Las tierras irrigadas son áreas de terreno destinadas a la producción agrícola que se benefician del riego artificial. Estas tierras contienen dos recursos fundamentales para la producción de alimentos: la tierra y el agua. El agua, como recurso escaso y valioso, se ha convertido en una mercancía sujeta a intercambio económico, lo que ha llevado a la mercantilización del agua en las tierras irrigadas. En Argentina, la expansión de la agricultura bajo riego ha planteado desafíos en términos de gestión del agua y sustentabilidad ambiental, especialmente en relación con la sobreexplotación de los acuíferos subterráneos. Es necesario promover prácticas de riego sostenibles y eficientes para garantizar la disponibilidad de agua en el futuro y minimizar los impactos ambientales.

Espero que esta información te haya sido útil para comprender qué son las tierras irrigadas y su importancia en la agricultura. Si tienes alguna pregunta o duda adicional, no dudes en dejar un comentario y con gusto te responderé. ¡Hasta la próxima!

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